Son cosas mías...

viernes, 27 de agosto de 2010

Ya lo dije, son cosas mías..


Hoy me siento a escribir con la inteción de romper con la desidia que me rodea. Hoy voy a escribir de mi. ¿O de ti?.
Soy envidioso y embustero. Me gustan las mujeres y no tanto el vino. Aunque odie los programas del corazón, critico a los otros en más ocasiones de las que quisiera y, aunque me castigue por hacerlo, de nuevo caigo en la trampa que yo mismo me preparo y vuelvo al cuchicheo. Pienso que soy mejor que la persona que critico, por eso me veo con el derecho a hacerlo. Y si lo pienso, soy tan cagón, sucio y arrastrao como el objeto de mis denuncias.
Me canso de mí mismo en muchas ocasiones y siempre encuentro algo donde esconderme y dejar de vivir. Es tan peligrosa la vida y hay tanto para distraerme, que me abandono en mi sillón y pienso en mi próxima excusa, mi próxima queja.
Hoy escribo de mi, la persona más interesante que conozco, para pedirme mil perdones. Hoy me impongo el firme propósito de dejarme vivir, de cuidar de mi. Solo yo voy a acompañarme desde el primer hasta el último día, sea cuando sea.

Querido Manuel, comencemos de nuevo.